En este pasaje de Malaquías, las personas se estaban comparando con los malvados. A los que estaban haciendo el bien, les estaba yendo mal; y los que estaban haciendo el mal, les estaba yendo bien. Dios les asegura que el malvado será destruido, y el justo gozará de las bendiciones que Él ha preparado.
Al final de este pasaje, se nombra a dos personajes: Moisés y Elías. Tanto la experiencia de Moisés, como la de Elías; presentan una realidad de una necesidad que todos tenemos: una relación viviente con Jesús.